Hay ósmosis y ósmosis, está claro.

¿Un Ferrari o un Twingo?

En el mercado global, existe una amplísima oferta de equipos domésticos de ósmosis inversa, con precios que van desde los 90 euros hasta los 5000 euros. Así de amplio es el rango entre el aparato más barato y el más caro. Pero, ¿cuál es la diferencia entre los distintos equipos? Y, sobre todo, ¿cómo puedo elegir el filtro de ósmosis más adecuado para mis necesidades?

Spoiler: es complicado.

Es complicado porque deberías tener un máster en química y física. Tantas son las variables que influyen en la calidad final de un equipo de ósmosis inversa que puede resultar difícil encontrar el tiempo (y las ganas) de estudiarlas y buscar información. Por ejemplo: ¿Carbón activo granular, compacto o en polvo? ¿De origen vegetal? ¿Qué pasa con la distribución entre microporos, mesoporos y macroporos? ¿Es mejor elegir 100 o 1000 Ångströms? ¿Y el número de abrasión? Hablando de membranas de ósmosis inversa, ¿es mejor TFC o FilmTec? ¿Cuál es el índice de saturación de la membrana con el tiempo?

Sin mencionar el tipo de plástico que conforma el cuerpo del equipo. ¿Es PET? ¿Cuenta con certificación CE? ¿Water Quality?

Por suerte, las instituciones gubernamentales han establecido certificaciones que garantizan al consumidor estándares de calidad, permitiéndoles despreocuparse de todos esos detalles mencionados arriba.

En AguaMía, hemos tomado una decisión muy clara: poner en el mercado únicamente productos que cumplen con las certificaciones internacionales más estrictas.

No nos interesa vender menos unidades. No nos interesa facturar menos. Lo importante es que nuestros productos sean, ante todo, seguros, y además estén entre los más eficientes del mercado.

Simple y claro. En este caso, aunque tengamos un cariño especial por el Twingo, solo vendemos Ferrari.